¿De verdad disfrutamos de las cosas que tenemos delante? No lo creo.
Si vamos a un museo, y permiten hacer fotos, nos vamos a pasar más tiempo haciendo fotos para subirlas a redes sociales, que disfrutando de las esculturas, pinturas, o lo que sea que tengamos delante.
Si vamos a ver un partido de fútbol, en vez de estar atentos a las jugadas, vamos a hacer lo mismo que en el museo, para que la gente vea donde estoy.
Esto no es malo cuando no superas el límite; el límite de hacer como que vas a hacer algo, para hacerte la foto y subirla, pero luego no hacerlo. No sé si me entendéis, pero con este vídeo seguro que sí.
Seguramente alguno os habéis sentido identificados, y miente quien diga que no, porque aunque no hayamos hecho estas cosas que hace la chica, hemos hecho otras, lo importante es que han sido con el mismo fín: tener "me gustas" en instagram y hacernos los guays y los modernos.
El vídeo me ha hecho reflexionar, mucho, porque si nos ponemos a pensar, no es vida lo que precisamente tenemos. Tenemos una especie de enganche, enfermedad con las tecnologías. Si no nos ponemos a rectificar ya, llegará un día en el que la gente lo tenga todo a través del ordenador, y no salgamos ni de casa.
¿Hay algo más bonito que quedar con tus amigos y hablar y reírse? Porque últimamente estas reuniones se basan en más de lo mismo: fotos y vídeos de lo bien que me lo estoy pasando. Cuando a lo mejor estamos todos con los móviles, sin hablar, y más aburridos que una ostra.
No os creáis nada de lo que veis por las redes sociales, porque quizá no tenga nada que ver con lo que hay en realidad. Y la realidad es incambiable.
¡DEJAROS DE TANTO POSTUREO Y CENTRAROS EN DISFRUTAR DE LA REALIDAD!
No hay comentarios:
Publicar un comentario